el sonido de un final
—¿Qué hora es? —.
—¿Cuánto tiempo más me queda?—.
—A veces caigo en la necesidad de vivir un olvido
solo por orgullo, pero nunca estoy conciente de haberlo hecho algo sin su aceptación (orgullo), simplemente encierro
esta angustia en la pena de la absolución automática, tal vez quiero cambiar
ese silencio por los sonidos melifluos de la muerte, que se yo, no soy un autómata como un burócrata.
Escribi esto mientras escuchaba "Angel para un final" de los bunkers.
Exacto, es un hasta pronto señores de la mesa de arcilla.
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