Llamemosle "Craft"
No encontré un título, soy un bobo.
El Craft, bebé nacido en la edad del Renacimiento cuyos padres vivían en un pueblo muy pequeño y bastante alejado de una cualquier sector de civilización formada. Al poco tiempo de haber nacido sus padres decidieron abandonarlo, y fue encontrado en una pila de leñas y paja por algunos jesuitas, prontamente fue la razón para que una iglesia decida adoptarlo y le pusiera el nombre de Scott Craft Salvado de Dios. Él Craft era una persona que tenia diferentes ideologías ante las que se le habían impuesto en su educación, era una persona con deformidades físicas en el cuerpo, y por esta razón nadie quería estar cerca, pese a ser considerado como un hijo del señor, un amado del padre de la iglesia y un respetado personaje del monasterio en el que había sido educado.
El pueblo ante criticas y chismerías lo llamaban "monstruo de Craft", debido a los prejuicios que tenían respecto a su inusual apariencia. Un día, el joven Craft salió del convento en el que permanecía encerrado, no se supo las razones, no se sabia el porque, pero comenzó a caminar entre la gente del pueblo. Asombrado, miraba todo y con mucho entusiasmo intentaba hablar y comunicarse con los demás. Sus deformes ojos verdes, enseñaban una clara epifanía de su inmensa curiosidad.
Las personas comenzaron a reaccionar, muchos se disgustaron por verlo caminar cerca de sus hijos, hogares y negocios, de un insulto perdido, comenzaron a llegar amenazas por donde el caminaba, y posteriormente comenzó a ser humillado siendo burla del pueblo arrojándole arena y piedras en la cara. Huyendo, fue encontrado por algunos caballeros del orden que lo arrestaron, dudosos por su extraña apariencia lo llevaron ante los mandos generales, y fue enjuiciado por la santa inquisición al no ser un individuo con la semejanza y apariencia de Dios, como lo mencionaba la biblia en la creación del hombre.
En su celda, triste y solo, con una indudable soledad comenzó a sentirse un ser abominable y despreciado, quizá ese era su destino. En su mirada solo existía dolor, había sido torturado por aquellos entre los que había nacido. Una noche, sin precedente un grupo de soldados templarios interrumpieron en las celdas donde el Craft se encontraba, lo vieron arrodillado ante la poca luz que le llegaba, con su cara cubierta y sus manos juntas sobre su mentón, estaba rezando. Rompieron la entrada y lo sacaron de su prisión, lo llevaron muy lejos, y lo abandonaron en un bosque.
El Craft encontró una cueva, bastante lejos del lugar en el que lo habían dejado. Olvidado, sin esperanza, totalmente confundido, el Craft sabia sentía no ser humano, y conocía la verdadera y extraña mentalidad del ser humano, ser humano por el cual el no se sentía identificado. Pasaron los días, el joven Craft estaba muriendo, agonizaba de hambre y sed, la duda lo mantenía aun inseguro al fondo de aquella cueva que seria el único testigo de su vida al extinguirse.
Muy al fondo de una cueva cualquiera, una cueva desconocida, quedo un don nadie, alguien del cual nadie recordara o hablara. Quedan los vestigios de un hombre que no se consideraba hombre, que pudo ser tan diferente de no ser "diferente". Un sujeto que no pasara a la historia por ser aquel que murió sin entregar nada, aunque nadie quisiera recibir nada de él. Un personaje que quizá fueras tu o yo, del cual solo se conocerá su muerte y mas nada, porque su existencia podía estorbar a los demás aunque quizá nunca fuera ese su objetivo, pero el resto solo será la cueva y nada más.
Mi primer cuento, lo hice mientras me comía una salteña y escuchaba a mi hermano hablar de la temible Inquisición, allá por el 2010 cuando tenía la imaginacion de un triste alpiste.
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