La leyenda del condor y la cholita
—Para comenzar, que buen nombre.
Desde mucho
tiempo se contaba un lindo relato andino, referente a un cóndor que se enamoró de una cholita que vivía en
el pueblo cercano a una inmensa llanura en el que habitaba el animal. Un día el cóndor enamorado
decidió buscar y conquistar a la joven cholita, así que sobrevoló la zona en la que la joven pasteaba a sus ovejas.
Esa misma
tarde, la cholita conoció a un joven apuesto vestido de una chalina blanca y un
poncho negro, el cual era el cóndor disfrazado de un campesino joven para cortejar a la mujer, la cholita se enamoró
de aquel joven, comenzaron a verse todos los días y se iban enamorando más y más. Con el tiempo la relación
creció y los padres de la cholita le preguntaban el porqué de sus tardanzas para llegar al hogar, la joven pastora les explico la razón, y les hablo del joven apuesto que había conocido hace un tiempo, y que sus padres podrán conocer muy pronto.
Felissa, que era el nombre de la cholita, le aviso a su joven enamorado el cóndor, que le acompañara
a su casa a ser entrevistado por sus padres, el cóndor disfrazado, bastante confiado accedió a la petición de su enamorada. Pronto llegaron a la casa de la pastora y los padres interrogaron al joven, pero este no contestaba ninguna pregunta, esto puso
furiosos a los padres de Felissa, considerando al joven por un tipo burlón y maleducado. Con maldad decidieron alejar a su hija del
cóndor para siempre desde ese momento, pero el cóndor respondió que no podrán separarlos
porque Felissa llevaba a sus hijos en su vientre, esto enloqueció a sus
padres y la madre echo una olla de agua hirviendo sobre el cuerpo del cóndor, el cual pego grito porque se quemó la cara y el cuello, en ese momento por el calor que emanaba el agua hirviendo sobre la chalina blanca que llevaba, esta se le quedo
pegada sobre su cuello, su cara y parte su rostro quedaron pelados a causa del hervor, en ese momento el cóndor
huyo por la ventana rápidamente gimoteando de dolor.
Los padres
de Felissa, muy asustados decidieron alejar a su hija de todo lo que podría llevársela o lastimarla,
pero un día el cóndor volvió al pueblo sobrevolando mientras gritaba el nombre de la
cholita.
—¡Felissa¡ ¡Felissa¡ —gritaba el cóndor.
El cóndor en bastante altura diviso a la cholita, que en un descuido de sus padres quedo atrapada entre sus garras por un vuelo violento y rapaz, el rapto se realizo cuando la cholita salía de la iglesia. El cóndor se la llevó a su cueva
en el cerro, Felissa estaba confundida y muy asustada al ver la apariencia de aquel amado.
El cóndor
trataba de alimentar a Felissa con carne cruda, pero ella no quería consumir
alimento crudo, entonces el cóndor aprovecho que los cazadores
dejaban las brasas encendidas en el bosque y puso ahí la carne que Felissa no quería a coser. La madre de Felissa subía todas las tardes a buscar a su hija, pero no la podía encontrar,
en eso un leque leque, animal andino conocido por su inteligencia vio
a la madre de Felissa llorando y se acerco a ella para hablarle, enterándose de lo sucedido le propicio ayuda a cambio de deliciosas habas tostadas y charque de chancho, una vez escuchando la narración de la madre de
Felissa y hecho el trato, el leque leque se dispuso a sacar a su hija de la cueva del cóndor.
Mientras
el cóndor volaba buscando alimento vio al leque leque llorando en una rama y curioso decidió acercarse para preguntarle la razón del llanto, el leque leque le
explico que estaba así porque el fin del mundo se aproximaba, que se caerían las
montañas y que solamente se salvaría aquel que se amarrara de un árbol de grueso tallo. El cóndor persuadido le rogo al leque leque que lo amarre primero al él en un tronco, en ese
momento el leque leque amarro al cóndor fuertemente sobre un árbol cercano y voló rápidamente dejando al cóndor atado, al darse cuenta del engaño comenzó a gritar despavorido mientras intentaba desamarrarse.
El leque leque saco a Felissa de la cueva explicando la situación de su madre y
su familia, y que a pesar de todo ella y sus hijos iban a ser recibidos en su hogar por su familia.
Felissa abandono la cueva con sus hijos y se reencontró con sus padres en un momento de amor y aceptación, la madre agradeció al leque leque entregándole mucha comida. Desde entonces siempre que el leque leque se encuentre con
un cóndor se burla grasñiendo "leq leq leq leq" burlándose del cóndor.
Este para mí
es un significante y hermoso cuento andino de Bolivia, el cual quiero mucho y me saca muchas risas cada vez que la ando imaginando de forma animada.
referencia fotográfica:
Valle de los cóndores, parque Padcaya.
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