El anciano y el estudiante

Hace muchos años existió un anciano que era tan, pero tan sabio que todos decían que con tan solo mirarle el rostro podrían ver su sabiduría reflejada en su mirar. Un día el anciano se fue de viaje en un navío por el mar, y en este viaje se encontró con un estudiante al cual observaba con aprecio e interés.

los marineros le dijeron al estudiante que el que se sentaba a su lado, no era nada mas ni nada menos que un gran sabio conocido por muchos como un erudito inteligente. Al enterarse esto el estudiante decidió sacar conversación con el anciano sabio y dirigiéndose a el anciano procedió.

—¿Usted ha estado en parís?—pregunto el joven.

A lo que el anciano respondió contándole sobre la torre de Eiffel de parís, sus visibles estrellas y sus calles, a lo cual el estudiante se dio cuenta que por tales referencias que era obvio creer que el anciano si estuvo ahí. Entonces el estudiante prosiguió con otra pregunta.

—¿Estuvo usted en las magnificas bibliotecas de parís? —pregunto el estudiante impetuosamente.

El anciano respondió que no sin mucha indiferencia, el joven aprovecho para intervenir con un reproche.

— ¡Oh! —Usted a perdido media vida.

A lo que el anciano no respondió, ni siquiera titubeo en manifestarse o reaccionar ante esa respuesta, el joven pensativo no pudo evitar quedar en silencio y dijo:

—¿Usted a estado en la majestuosa ciudad de Alejandría? —A lo que el anciano contesto explicando sobre sus torres, su cultura, sus villas, Qaitbay, sus aldeas y sus interesantes expresiones artísticas urbanas.

—Bien —¿entonces usted debe conocer las colosales bibliotecas de Alejandría? —pregunto el joven. A lo cual el anciano volvió a responder con una singular negación.

—¡Usted a perdido media vida! —repitió con celeridad el joven entusiasmado.

Sin darse el joven que las tablas del barco se estaban rompiendo, el anciano señalo espacios del concreto mástil que se estaban hundiendo y lentamente iban desprendiendo agua en su interior, era evidente que el barco se estaba hundiendo, entonces el viajo le pregunto al estudiante:

—¿Tu sabes nadar? —cuestiono al estudiante. A lo que el estudiante contesto. —Se leer, se escribir, estudiar y por supuesto progresar —Pero nunca he aprendido a nadar —respondió.

—Pues mi estimado, entonces usted a perdido la vida entera —alterno el anciano, se levanto y se lanzo al mar.

Referencias:
las únicas referencias respecto interesante cuento fueron ninguna, solo se habla de los Simpsons.




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